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Ministerios Integrales

viernes, 30 de abril de 2010

miércoles, 28 de abril de 2010

miércoles, 21 de abril de 2010

martes, 20 de abril de 2010

domingo, 18 de abril de 2010

En 1878 se descubrió, en la ciudad natal de Jesús, Nazaret, un edicto que se cree que vino o bien de Tiberio Cesar, que fue emperador romano en la época en que resucitó Jesucristo o de Claudio Cesar, que gobernó poco después. El edicto, mejor conocido como la inscripción de Nazaret, estaba grabado en mármol con las siguientes letras: “Proclamación de Cesar. Es mi deseo que las tumbas y las sepulturas permanezcan selladas para beneficio de aquellos que las han hecho y para sus hijos, miembros de la familia y su religión. Sin embargo, si alguien acusa diciendo que otra persona las ha destruido, quitado al que ha sido enterrado o con mala intención ha quitado el sello en otras piedras, ordeno que esa persona sea traída a juicio. De la misma manera que el hombre debe de respetar a los dioses, lo mismo debe de hacerse con los hombres, porque todos le deben un respeto a los que han sido enterrados. Por lo tanto, está prohibido que nadie los toque. Si se transgrede este edicto, la persona que cometa la ofensa deberá ser sentenciada a la pena capital con cargos de haber violado un sepulcro”. La inscripción parece ser la respuesta del Emperador Romano a la petición realizada por los dirigentes judíos para evitar que robasen las tumbas y que eliminasen los sellos colocados sobre las lápidas. Es evidente que debió de tener lugar algún importante suceso, relacionado con el que alguien abriese una tumba lo cual debió de molestar enormemente al liderazgo judío. La cuestión es ¿por qué se interesarían los romanos si era violada una tumba judía y por qué amenazaría con la pena capital por cometer semejante ofensa? Con el Domingo de resurrección comienza un Tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos.

sábado, 10 de abril de 2010

Devocionario. El rostro del Resucitado. Domingo de Resurrección